Bañada por el mar mediterráneo, a las faldas de Montjüic, y acotada por la confluencia de los ríos Besos y Llobregat, se sitúa la que es la joya de la corona del Turismo nacional, Barcelona.
La ciudad condal recibe al año más de ocho millones y medio de turistas y la cifra no deja de crecer año tras año.
Las posibilidades que ofrece la ciudad son infinitas para el turista. Barcelona es una ciudad costera con lo que si se desea disfrutar de sol y playa es posible, incluso sin moverse de la ciudad. Desde las Olimpiadas de 1992, Barcelona está abierta al mar. Lo que en el pasado fueron zonas industriales, junto al litoral, tras la transformación que sufrió la urbe para recibir a los deportistas, dejo paso a unas playas de calidad a escasos pasos de los puntos de mayor interés de la ciudad condal.
Sagrada Familia, parada obligatoria
Entre las obras de Gaudi hay una que acapara todas las miradas de los turistas, esa no es otra que la Sagrada Familia.
Ubicada en pleno corazón del Eixample barcelonés se erige este icónico monumento. El 19 de marzo del año pasado, se cumplieron 135 años desde que comenzase la construcción del templo en 1882. A día de hoy el templo se encuentra construido al 70% y su fecha de finalización está prevista para el año 2022.
A pesar de estar continuamente en obras, los turistas se agolpan y crean filas que en fechas señaladas rodean el perímetro del templo expiatorio.
El monumento es el máximo exponente de la arquitectura modernista catalana y si se quieren evitar colas para entrar se aconseja adquirir los tickets con anterioridad desde la página web del monumento.
Casa Batlló – Casa Milà (La Pedrera)
A pocos metros de la Sagrada Familia, en plena arteria de la capital catalana, en el Passeig de Gracià, se encuentran otras de las obras más famosas de Gaudi. La Casa Batlló y la Pedrera o Casa Milà. Ambas son otro exponente de la arquitectura modernista catalana.
La Casa Batlló es la obra más madura de Gaudi, sus formas y colores hace que destaque por encima del resto de edificios que comparten acera con ella.
Tanto el exterior como el interior son de obligada visita por los turistas para comprender el dominio sobre la luz y las formas que tenía Gaudi.
La Pedrera es posterior a la Casa Batlló y fue un encargo privado por parte de la familia Milà a Gaudi.
Este edificio se diseñó como residencia privada de la familia Milà que tenía previsto ocupar el primer piso del edificio y reservar el resto para el alquiler.
En este caso Gaudi, derribó el anterior edificio y comenzó la obra desde cero. El resultado no fue del gusto de los dueños ni de la ciudadanía de la época y de ahí el apodo de pedrera, que conlleva una connotación negativa.
Parc Güell
Para terminar con la ruta Gaudi que se puede realizar visitando Barcelona, tras la Sagrada Familia y la Casa Batlló y la Pedrera, nos quedaría por visitar el Parc Güell.
Situado en la parte alta de la ciudad, este recinto que en principio fue ideado como zona residencial de lujo en el que se construirían 60 residencias terminó como parque público y gran atracción turística.
En su interior, Gaudi intento satisfacer los deseos y gustos de la familia Güell con guiños a los parques residenciales británicos y a la isla de Delfos, ambos muy del agrado de Eusebi Güell y que tienen su reflejo tanto en la sala delas cien columnas, que en realidad son 86 y en la famosa salamandra de la escalera de entrada al parque.
El Born.
Partiendo de que pasear por los barrios que componen Barcelona es un placer del que se puede disfrutar gratuitamente, hacerlo por el de El Born merece mención aparte.
Para los amantes del escritor Ildefonso Falcones este barrio es fácilmente reconocible puesto que es en el donde se asienta la Iglesia de Santa María del mar, conocida como la La Catedral del Mar.
El barrio se encuentra a pocos metros del Parc de la Ciutadella y en sus calles podrás encontrar tiendas de ropa de diseñadores emergentes y pequeños restaurantes con encanto.
Tibidabo.
Visitar el Tibidabo te ofrece una visión de Barcelona espectacular, toda la ciudad a tus pies. Si a eso le añadimos la posibilidad de disfrutar como un niño en su parque de atracciones cuya fecha de inauguración se remonta a principios del siglo XX, su construcción se inició el 16 de junio de 1900 lo que hace de él una joya histórica y su visita, se convierte en un viaje al pasado ya que muchas de sus atracciones, aunque han sido revisadas y modernizadas con el paso del tiempo, guardan el encanto de los primeros años del siglo XX.
La Rambla
La Rambla es la calle más conocida de Barcelona. Sitio de encuentro y máximo exponente de como el turismo ha transformado la idiosincrasia de la ciudad condal, a lo largo de sus 1,3 kilómetros puedes encontrar desde tiendas de flores, mimos, música, y un sinfín de tiendas de souvenirs.
La Rambla también es mundialmente conocida por la fuente de Canaletas, punto de celebración de las victorias del Barcelona Fútbol Club.
El Liceu
Si existe un lugar imprescindible a lo largo de la Rambla es el Gran Teatre del Liceu. Presente en la vida cultural de la ciudad de Barcelona desde 1837. Durante todo este tiempo, el Liceu ha visto pasar por su escenario a los mejores artistas del panorama internacional.
La Catedral
En pleno corazón del barrio gótico se alza majestuosa la catedral de Barcelona. La actual catedral de estilo gótico se empezó a levantar en el año 1293 sobre los cimientos de la antigua basílica paleocristina cuya existencia se remonta al siglo I.
En su interior podemos disfrutar de pinturas religiosas y un retablo gótico de gran belleza.
Barcelona Olímpica y el Castillo de Montjüic
Si hay un evento recordado por los barceloneses y que dio lugar al mayor cambio en la fisionomía de la ciudad condal no es otro que las Olimpiadas de 1992.
El epicentro de las competiciones deportivas fue Montjüic, donde se construyó el estadio Olímpico y el Palau Sant Jordi así como otras instalaciones deportivas que han quedado para el disfrute de los ciudadanos.
En esa zona también podemos visitar el Castillo de Montjüic, un recito del que se tiene constancia su existencia mediante documentos y excavaciones, desde la prehistoria y que sirve de enclave para exposiciones y diferentes actos culturales.
Desde este lugar, los turistas pueden disfrutar de unas maravillosas vistas de la ciudad de Barcelona.
Ahora lo único que queda es que hagas las maletas, vengas a Barcelona y disfrutes de todas estas maravillas.