El 29 de septiembre, al final de la cosecha, se celebran en Lleida las fiestas en honor a San Miguel, que puede considerarse el segundo patrón de la ciudad. Las fiestas de San Miguel suelen coincidir con la Feria agraria de San Miquel, que se ubica en el recinto ferial de los Campos Elíseos.
Son unas fiestas con muchas actividades culturales. Además de los bailes de bastones, las sardanas y habaneras, también hay actos musicales y teatrales.
Es muy destacable el despliegue pirotécnico para las Fiestas de San Miguel de Lleida. Empezando por el dragón local, Lo Marraco, en la Gran Noche del Bestiario se reúnen escuadrones de diablos que forman un correfocs en la Avenida de Blondel, una de las vías principales de la ciudad. Es necesario protegerse de las chispas por medio de un sombrero para evitar quemaduras.
Existen algunos elementos representativos de las Fiestas de Otoño de Lleida. Citamos los siguientes: el baile de bastones, la gran noche del bestiario, el marraco y los gigantes.
El baile de bastones
El baile de bastonets, denominado así históricamente en Lleida, es el que más tiempo se ha conservado en activo de la Fiesta Mayor. Concretamente, data de 1701 y es un baile que no desapareció a finales del XIX o primera mitad del XX, como la mayoría de bailes festivos leridanos, sino que sólo dejo de actuar en los años 70, pero se recuperó unos años después.
El baile lo bailaban los niños de las instituciones de asilo de la Diputación de Lleida, en especial los del hogar de San José.
En la actualidad, hay dos grupos que realizan la interpretación del baile de bastons con ocasión de la Fiesta Mayor, los del Centre Cultural Lleidatà de Dansaires, que lo recuperaron en 1992, y el grupo de Bastoners del Pla de l´Aigua, creado en 2008. El baile de “bastons” de Lleida ha tenido tradicionalmente tres coreografías propias conocidas como Lo Tiritiero o Pim-pilotero, La Cosidoreta (La costurerita) y La Pastora Galana. En la actualidad, los grupos incorporan también otras coreografías, que se suman a las tres más tradicionales.
La Gran Noche del Bestiario: los diablos toman la ciudad
Los ilerdenses dan la bienvenida al otoño con las Fiestas de San Miguel, que en realidad reciben otro nombre: las “Festes de la Tardor” o “Fiestas de Otoño”, y reciben la estación con fuego y espectáculos que giran en torno a este elemento.
El programa de las Fiestas de la Tardor contempla una serie de actos populares y como gran atracción la Gran Noche de Bestiario y Fuego, un pasacalles inmenso que reúne, en la Rambla de Aragón, las mejores piezas del bestiario catalán entre las que destaca el dragón local Lo Marraco y diablos que ofrecen espectáculos pirotécnicos y “correfocs“.
El marraco equivale a la figura castellana del –coco-
Invocar al marraco en Cataluña equivale a invocar al coco en Castilla, con la idea de asustar y atemorizar a los niños. Es, por tanto, un ser fantástico que representa al mal y en definitiva un recurso de los mayores para dar miedo a los pequeños.
El marraco nació en 1907, cuando el teniente de alcalde republicano, Manuel Soldevila Carrera, junto a un grupo de leridanos, se propusieron dar forma corporal al ser fantástico del marraco.
En sus primeros momentos el marraco se montaba sobre un carro de difuntos y estaba fabricado de madera cubierta de escayola. Hubo una tormenta que destrozó la figura 5 días antes de la fiesta, asi que se terminó recubriendo con papel de estraza. Se presentó en las fiestas de mayo al inicio del pregón.
Este marraco salió ininterrumpidamente hasta 1912 y reapareció por última vez en 1915.
Entre 1941 y 1955 funcionó un marraco que se tragaba a los niños y los expulsaba por la boca, funcionaba como un tobogán y estaba hecho con un molde de yeso sobre tela metálica y montada sobre el chasis de un antiguo camión.
Como era tirado por un grupo de hombres gratificados por el Ayuntamiento y debido a sus dificultades de movilidad, se suprimió en 1955, con el compromiso de la comisión de fiestas de sacar uno lo antes posible
El nuevo marraco, que perdería definitivamente su principal característica, la de tragarse los niños, fue construido bajo la dirección del arquitecto municipal Lluís Domènech i Torres. Se presentó el 14 de mayo de 1957. El nuevo Marraco estaría en activo hasta 1992, aunque en 1982 y debido a las riadas de ese año, se tuvo que reconstruir íntegramente, labor que realizó Josep Pepín Cano.
El actual marraco data de 1993. Joan Miró, que trabajó en muchas otras piezas de imaginaría festiva leridana, como los gegants, cabezudos (capgrossos) y caballos (cavallets) modificó su cuerpo de yeso, tela metálica y madera, por una réplica de fibra de vidrio
En los tiempos que corren, el marraco está muy vivo y es uno de los iconos de las fiestas de Lérida. Es un elemento misterioso que ayuda a los mayores a que las niñas y niños obedezcan y para estos supone el paso simbólico de hacerse mayores, con la entrega de chupetes cuando la bestia gigante aparece por las calles de Lleida.
Los gigantes
Ya desde los años 1637 y 1702 se habla de la presencia de una comparsa de gigantes, pero probablemente no eran municipales. Hasta 1830 no aparecen las primeras informaciones sobre una comparsa municipal de gigantes
La Fiesta Mayor de otoño y también la de primavera son presididas simbólicamente por un grupo de 12 gigantes emblemáticos, propiedad de la Paeria: doña Violant y el infante Berenguer, Rey Jaime I el Conquistador y Reina doña Leonor, Gigantes Chinos, el Rey Moro y doña Zobeida, los Faraones y los emperadores Marco Antonio y Cleopatra. Son los más antiguos de Cataluña.
Salen acompañados por Lo Marraco, monstruo de la ciudad. Como en toda Cataluña, los castellers son siempre parte de la fiesta, construyendo castillos humanos de varios metros de altura.
Si quieres conocer las fiestas de Lleida, recuerda que Moventis desde 2002 se encarga de gestionar las líneas urbanas de autobuses que circulan en la ciudad de Lérida, aparte de la línea nocturna y el bus turístico.